jueves, 30 de agosto de 2018

La catarata Gocta - Perú (Agosto - 2018)

El cielo estaba despejado cuando mi esposa y yo llegamos al pueblo de San Pablo de Valera de la provincia de Bongará, del departamento de Amazonas. La plaza estaba tranquila y en una de sus esquinas me encontré con la señora Felipa, dueña del hospedaje Gardenias de Gocta, donde pasaríamos la noche. 

La señora Felipa nos dijo que teníamos que acercarnos a la oficina de turismo de San Pablo para  registrarnos en en el libro de visitantes. 

Allí una sonriente jovencita nos indicó que el boleto de entrada por persona es de 10 soles y que había dos recorridos para llegar al Gocta. Uno de una caminata de una hora y media aproximadamente para ver la primera caída y otra de siete horas rumbo a Cocachimba para ver la segunda caída y el Gocta en su totalidad. 
Decidimos tomar el primer recorrido de una hora y media, el cual se convirtió en más de tres horas debido a que mi esposa no está acostumbrada a caminatas en trocha y además se lastimó la rodilla en una caída que tuvo cuando retornábamos del Complejo Arqueológico Kuélap en Chachapoyas.

Salimos ligeros, sólo llevamos botellas con agua y nos aplicamos repelente para mosquitos. El clima estaba cálido y en el camino encontramos miradores, un puente colgante y grandes árboles que me recordaron a los Ents de J. R. R. Tolkien.


Luego de dos horas y media nos encontramos con un letrero que nos indicaba cuánto nos faltaba para llegar a cada destino.
Fuimos al mirador y encontramos un hermoso paisaje de  Gocta.
Y luego de más o menos cuarenta minutos, y una subida empinada por una escalera de madera llegamos a ver esta maravilla de la naturaleza escondida en el Amazonas.

Me sentí maravillado por la fuerza de la caída del agua desde tan alto y pude comprender lo grande que es la naturaleza.

Vimos un camino de piedras húmedas y resbalosas que seguía en bajada a la catarata Gocta, pero por precaución decidimos no acercarnos más, porque la brisa era tan fuerte que nos afectaba la visión  y empañaba la cámara.

Luego de cargarnos de la energía de este coloso de agua, retornamos hambrientos a nuestro hospedaje. Ordené una tortilla de verduras y un mate de coca. No recuerdo lo que ordenó mi esposa, pero cenamos bien.


Ahí están los platos y precios que se pueden ordenar.
El el salón donde estaba el comedor había un estante con libros y objetos del pasado como una máquina de escribir.
Esa noche dormimos cómodos y a la mañana siguiente con el cálido sol que atravesaba la ventana, dejamos nuestra habitación muy agradecidos con la señora Felipa por su hospitalidad.
Tengo que volver para hacer el segundo recorrido y apreciar a Gocta en su totalidad, y lo haré junto con mi esposa, el próximo año.

Hospedaje
Gardenias de Gocta
Sra. Felipa 941948424

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