jueves, 30 de agosto de 2012

Biutiful (2010)



Retrato de la vida de Uxbal: padre abnegado e hijo desamparado. Intermediario de la sombra. Próximo a los desaparecidos. Atraído por los fantasmas. Sensible a los espíritus. Superviviente en el corazón de una Barcelona invisible. Sintiendo que la muerte le ronda, intenta encontrar la paz, proteger a sus hijos, salvarse a sí mismo. La historia de Uxbal es sencilla y compleja, al igual que nuestras vidas de hoy.

 

 Biutiful, es la nueva película de Gonzalez Iñarritu, la primera que escribe, dirige y produce sin la impagable colaboración en la escritura del prestigioso guionista Guillermo Arriaga, sus egos se enfrentaron tras Babel, y sus diferencias se hicieron irreconciliables, por suerte antes nos dejaron un puñado de grandes películas, supongo que es lo que pasa cuando coexisten en el mismo plano un gran director con alma de guionista y un excelente guionista con alma de director.

Iñárritu se separa un poco de las historias cruzadas y corales, para centrarse en la vida de Uxbal, en cuyo pellejo de mete Javier Barden como si actor y personaje se fundieran en la misma persona. Quien es Uxbal? dificil responder... complejo personaje, ambivalente, contradictorio , padre abnegado y cariñoso, esposo impasible de una mujer inestable y bipolar, hermano incomprendido y engañado , hijo sin padres, buscavidas, ex-yonki, delincuente, samaritano, intermediario de la inmigración ilegal, y para completar tan poliédrico cuadro un lucrativo vidente con poderes extrasensoriales. Un felino herido de muerte que sobrevive en una jungla de asfalto, donde la decadencia, la corrupción y la miseria están presentes una sucia Barcelona suburbial, algo así como el espejo cóncavo y grotesco de la sosa y complaciente Vicky Cristina Barcelona.

Y es en este ambiente infrahumano, sórdido y putrefacto donde este Dante se sumerge en los infiernos de la ciudad condal, para mostrarnos con una infinita "fealdad" (irónico titulo) todo lo que rodea a Uxbal, antihéroe que ve como su malvivir cambia cuando se convierte en un muerto en vida que espera su final, y es ahí donde encuentra sentido a su miserable existir e intenta una desesperada redención final.

Entiendo que lo que me cuentan es excesivamente desagradable y sórdido (lugares sucios e inmundos, personas desaseadas y enfermizas, metáfora de lo corrupto y decrepito de esta sociedad inhumana),que refleja una realidad parcial de la vida, pero a la vez terriblemente real y creíble; y entre el drama y la muerte, en contadísimas ocasiones se nos abre una pequeña ventana a la esperanza.

Sin desvelar nada, el final es duro, pero a la vez esperanzador, simple...emociónate, y lo cuenta sin caer en el mayor pecado de este cineasta, su ambición por trascender y cierto gusto por la grandilocuencia, pero aquí es sutil, llano, casi anecdótico, haciendo natural y leve lo inevitable a enfatizar este ambiente contaminado y desolador, contribuye las música que compone maravillosamente Gustavo Santaolalla, desgarrando el alma en esos acorde de guitarra estremeciendo ,creando una notas tan frías, sórdidas y desapacible como es la cruda historia que se nos cuenta. Una BSO terriblemente bella.

En fin, una historia en carne viva, dura, asfixiante, a la vez necesaria y sin fisuras, que debería verse con el estomago cerrado y el corazón abierto para ser desgarrado por el agudo bisturí de ese cronista de la miseria humana que es Alejandro González Iñárritu.

Shame (2011)

Sinopsis: Brandon (Michael Fassbender) es un apuesto treintañero neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obesionado con el sexo, Brandon se pasa el día viendo páginas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día aparece su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) en casa sin avisar con la intención de quedarse unos días en su apartamento.

 

 Steve McQueen dejó su nombre con tinta imborrable en la historia de los grandes debuts de la historia del cine son su notable "Hunger" y con "Shame" no hace nada más que confirmar lo que ya sabíamos: que por sus venas no hay sangre, sino celuloide. Tras contarnos la historia de Bobby Sands y uno de los dramas carcelarios más fascinantes que se han rodado, ahora lo que hace es hablarnos de Brandon, un adicto al sexo que vive la vida que le da la gana hasta que un factor externo -la aparición de su hermana, Sissy- hace que las cosas comiencen a cambiar.

La "vergüenza" a la que alude su título original no deja de ser el punto de partida porque lo que nos cuenta McQueen es un viaje de ida -y no vuelta- hacia los infiernos. Michael Fassbender interpreta al protagonista con tanta convicción como lo hiciera en "Hunger" y consige arrastrarnos. Primero le envidiamos por ser un playboy que se liga a cualquiera que le venga en gana y poco a poco vamos frustrándonos a medida que el círculo se estrecha, llegando a costar respirar. Su interpretación es superlativa (merecidísimo premio en Venecia) pero no es el único: lo que hace Carey Mulligan es impresionante. Se desvive para dar vida a su personaje, gesticula, se mueve y habla como si estuviese poseída por el alma de éste, no interpreta; vive. Hay un momento concreto en el que canta una canción ("New York, New York"), la cámara se queda en un plano fijo durante casi toda la actuación y es imposible no enamorarse de ese bello rostro y esa voz, imperfecta pero extrañamente melancólica. Tampoco le faltan escenas dramáticas (como en "Hunger", aquí hay una conversación clave que hace evolucionar todo lo demás) pero es que en general "Shame" es una película superlativa que se encuentra, como pasaba con "Hunger", entre lo mejor que se ha hecho en su año (vamos, en 2011).

 

 No quiero olvidarme de mencionar la soberbia dirección de Steve McQueen, que se luce en todos y cada uno de los segundos del filme. Emplea todo tipo de técnicas para transmitirnos lo que siente su personaje y abundan los planos secuencia, los juegos de montaje en paralelo, la elección de la música en ciertos momentos para complementar a la imagen; un soberbio trabajo de fotografía completa el "pack" que se llama "Shame" y cuya única "vergüenza" sería que no fuese disfrutada completamente por tener algún momento subido de tono que pueda impedir, a según quién, que detrás de cada imagen hay un mensaje, una idea, un objetivo. Junto a "Tree of Life" y a fecha de hoy, es la mejor película del año. Imposible de obviar.