viernes, 8 de julio de 2011

Alamar (2009)



Sinopsis: Con sólo cinco años, el pequeño Natan siente que este viaje con su papá Jorge no es un viaje más, sino el capítulo previo a abandonar la tierra mexicana –paterna– rumbo a la de los orígenes de su mamá –italiana–. Sin embargo, la ruptura familiar del pasado, lejos de convertirse en un nudo traumático, abre una nueva perspectiva para padre e hijo en su trayecto hacia el arrecife de coral de Banco Chinchorro, donde el vínculo entre ellos crece al ritmo del contacto con la naturaleza. Bucear en Alamar, junto a los personajes, nos permite expandir todo un mundo de experiencias que se transmiten o se dejan incorporar; como si esta sorprendente –extática, lírica, oceánica– película de González Rubio siempre tuviera nuevos secretos escondidos para revelarnos, y para hallarlos debiese nadar entre el documental y la ficción.



Son pocas las películas que parecen llegarnos como un recuerdo propio; una especie de imagen de nuestra vida interpretada por diferentes personajes. Son pocas porque un film así, no pretende llenar una pantalla con efectos y explosiones o decálogos meta narrativos; un film así tiene una intención mas honesta y clara: emocionar a su espectador y hacerlo parte de su historia.

En “Alamar” (2009) largometraje que compartió con “Agua Fria de Mar “de Paz Fabrega el premio Tiger Award del festival internacional de Rotterdam, somos parte de un viaje; específicamente el ultimo viaje que harán Natan, un niño de 5 años y su padre Jorge, antes de que el pequeño regrese con su madre a Italia. Los dos irán junto a su abuelo, un pescador artesanal mexicano, a reafirmar los lazos que los unen y que pronto serán puestos a prueba por la distancia.

La película transgrede los limites de la ficción y el documental, introduciendo un conflicto inexistente en personajes reales que antes de actuar recrean su propia historia. Su director Pedro González-Rubio, intenta dejar claro de que nos encontramos ante una pieza documental: cámara en mano, documentos propios de los personajes (nos introduce a la historia con fotos y videos del padre y la madre cuando estaban juntos), ausencia de música extradiegética y por momentos los mismos interpretes tienen conciencia de la grabación y hablan hacia la pantalla. Lejos de sacarnos de la narración, este guiño nos reafirma la autenticidad de la sucesión de situaciones que presenciamos.

Alamar es de un tipo de cine que puede emocionarte profundamente al igual que aburrirte. No es del acostumbrado por el espectador, por falta de emociones superficiales y sensaciones sobresaturadas. Alamar es por eso mas cercano a una película-recuerdo, una película-memoria. Personalmente cuando la terminé acabe confundiendo a mi abuelo con el abuelo de Natan; sintiéndome felizmente interpretado, de alguna forma había vuelto a vivir un par de horas en la infancia.

La chica que saltaba a través del tiempo (2006)



Sinopsis: El tiempo del instituto es uno de los más entrañables durante la adolescencia. Para la joven Makoto y sus amigos Chiaki y Kosuke es realmente importante pasarlo bien juntos tanto tiempo como puedan, jugando a béisbol después de clase, ya que los tres están a punto de subir de grado y el año que viene quizás no continúen juntos los estudios. Pero un día, Makoto recibe un peculiar don: la capacidad de ir hacia atrás en el tiempo dando agigantados brincos. Makoto usará esta habilidad para evadir los problemas y alargar la diversión...


Simpática, agradable, graciosa, poética... transmite buen rollo.

El tema de los saltos temporales es algo que aunque no sea muy original, me resulta tremendamente adictivo por eso de poder ver como la protagonista dibuja y desdibuja las pequeñas cosas de su presente alterando sus acciones del pasado. Supongo que todos alguna vez hemos imaginado esa posibilidad por lo que de ahí que empatizase tanto con la protagonista y toda su historia.

Lo que desconocía es que tiende mucho al amorío adolescente, aunque de una forma agradable y un tanto moderada, sin llegarse a exceder. Tiene planos y diálogos muy poéticos y quizás un tanto azucarados, pero plenamente disfrutables para el público adulto y sin llegarse a indigestar en ningún momento.
La animación es excelente y la BSO también es destacable. Siendo un poco exigente, cabe decir que los personajes están bastante estereotipados basándose en el shojo más convencional, aunque es perfectamente perdonable y en cierto modo hasta pueden ser necesarios todos esos clichés para que el engranaje funcione.

El final no me resulta nada convincente y de hecho, me parece mal explicado y sin demasiada razón de ser. No se atan cabos fundamentales y en una película en la que esperas esa explicación final que no te dan de manera que la creas, es un gran fallo de guión y en general, argumental. Pudo ser mucho mejor.

Muy recomendable, sobre todo si en su día disfrutaste con los aparatos delirantes que sacaba Doraemon, 'The Girl Who Leapt Through Time' va un poco en la misma línea de hacer el burro con la realidad cotidiana. Tengo claro que pasará desapercibida, aunque da lo mismo, eso la hará más especial si cabe.

domingo, 3 de julio de 2011

Poesía - Poetry (2010)



Sinopsis: Mija es una anciana que vive con su nieto en una pequeña ciudad coreana. Es una mujer excéntrica y llena de curiosidad, que disfruta cuidando su aspecto y exhibe sombreros con motivos florales y vestidos con vivos colores. El azar la lleva a asistir a cursos de poesía en la casa de la cultura de su barrio y a escribir su primer poema. Busca la belleza dentro de su ambiente habitual, al que no había prestado ninguna atención hasta ese momento. Sin embargo, un suceso inesperado hace que descubra que la vida no es tan hermosa como creía.



La posibilidad de la crear belleza a partir del dolor es para mi la clave de esta bella película.
El director, con mano maestra, nos hace recorrer unos dias en la vida de la protagonista quien descubre su capacidad poética en el ocaso de su vida, en días en los que transita dolorosas situaciones. Plena de humanismo, la película no tiene un minuto de mas; cada escena es un acto pleno de sentido. El final, en el cual conocemos el poema (el primero, el ultimo), es perfecto...